jueves, 7 de marzo de 2013

Ha sido, es y seguirá siendo.


Es diseño, es un plato, es un rato dedicado a la estructura de ese plato.
Es cocina, es sentimiento expresado en el plato.
Es amor, es una pasión el pensar en cómo hacer el próximo plato.
Es querer hacer, es un vicio cómo el último cigarro, pues querer hacer un nuevo plato.
Es pensar, es mezclar lo cálido con lo frío, es mezclar lados opuestos.
Es olvidar y volver a recordar, cómo hicimos algún plato que esa vez nos marcó.
Es buscar, es buscar como innovar pero todo bajo la mezcla de sustancias, es el diseño del nuevo plato.
Es tener durante poco tiempo y luego cambiarlo de estancia, sabía bien aquel plato.
Es rememorar aquel momento en el que el plato era víctima de nuestro paladar.
Son ganas de acabar con todo, de amontonar los libros y de revolver entre aquel pasado donde la cocina era más que un pasatiempos era un hobbie tal vez mi única afición junto con el deporte.
Son ganas de poder expresar lo que ni las palabras ni los escritos son capaces de expresar, aquellos sentimientos dulces con un toque de amargura, es la naranja que le da un toque amargo al plato.
Son ganas de darme a conocer, por ser un chico bastante normal, simplemente con un fin el poder cocinar. El ser reconocido por lo que soy capaz de expresar con cada plato que diseño.
Este texto va por la gastronomía, ese mundo tan amplio y por el arte culinario, ese arte tan dispar donde no hay nada de moda, nada más de moda que lo que con tus manos puedas crear.

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