domingo, 27 de octubre de 2013

# Definiendo el tiempo.

El tiempo no es el causante de mi necesidad. Sino es mi necesidad la que me hace notar mi falta de tiempo. Busco hacer todo, haciendo solo una parte. Busco estar en todo, cuando desconozco donde estoy, cuando desconozco mi situación.

Ando perdido entre cantidad de paredes, que diría que me presentan un camino, pudiendo escoger entre otros miles. Supongo que es el "tic tac" del reloj el que causa esta sensación, de mi cuerpo perdido. Supongo que en este mundo de escombros, es mi cabeza la llave de todas las puertas. Abre corazones, abre mentes, abre montones de cosas. Pero son tantas cosas, que muchas veces no abre ninguna.

Supongo que la llegada del otoño, no se refiere solo a unos cambios del tiempo, sino que se presenta con cambios físicos y psicológicos. Estoy convencido que cada vez que llueve se nos presenta una nueva situación, estoy convencido de que cuando el viento sopla, sopla susurrando en cada oído: "Allá voy!".

No es el viento, ni la lluvia, traídos por el paso del tiempo, los que nublan nuestra vida de un fondo blanco. Es la nieve la que a su paso, deja fondos blancos y reflejos de personas pérdidas entre caminos de un único color, color sin sentido.

Es el tiempo el que vuela, el que susurra "tic tac" a nuestros oídos en cualquier situación del día, somos nosotros los que dejamos correr el tiempo, es el tiempo el que nos deja sin suspiro, es el tiempo el que marca nuestra noche y nuestro día.

Es la gente que más queremos, la que nos acompaña con el paso del tiempo, o es el paso del tiempo el que marca la vida de la gente más querida. Supongo que en ocasiones somos nosotros los que no queremos ver que el tiempo pasa.

Algunas veces escuchamos anécdotas de los mejores años de nuestra vida, me hace gracia, nuestra vida la marca el tiempo, la mejor historia de nuestra vida, es la que escribimos una vez que morimos.

Tengo que decir que no es el tiempo frío que nos acompaña durante estos días, el que más me ayude a sacar tiempo para dedicarle a lo mejor de mi vida, que a día de hoy mi juventud no quiere que sea tiempo perdido.

Supongo que es ahora cuando miró mi reloj y veo los minutos pasados escribiendo, escribiendo mi definición de tiempo, escribiendo para no perder mi tiempo.


domingo, 6 de octubre de 2013

Dedicatoria a la mujer minera.

Pequeña minera, tú que entre tantos hombres no encuentras camino de libertad.

Tú que vayas donde vayas, compartes camino con cualquiera de estos hombres fornidos que componen tu pequeña escuela.

Tú, dulce sonrisas, que por mi escuela paseas alegrando mi mente y en definitiva mi día.

Tú, pequeña minera, que habitas bajo el ojo derecho de nuestra grandísima patrona Santa Bárbara.

Gracias a ti, pequeña minera, que nos introduces en tus sonrisas explosivas, incluso años antes de empezar con el manejo de grandes explosivos.

Mi sinceridad queda plasmada en este pequeño texto, en el que reconozco que mi día a día en la escuela no sería el mismo día a día si me faltara la mujer minera.

La pequeña minera es una mujer que se sienta en cada clase, que aunque el mal día te acompañe, ella está ahí sentada alrededor, permitiendo respirar su esplendor.




Aunque lleve poco en mi escuela, tengo que decir, que me alegro de que sea patrona y no patrón, porque nos hace recordar el gran valor de la mujer en nuestras vidas,  ya sea como madre, seguramente como mujer y tal vez como hija.  Estás siempre estarán en la vida de los hombres fornidos, siendo la causa de nuestro día a día, de la sonrisa que queremos cada día. 
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Pequeña dedicatoria a las mujeres de mi escuela.
ETSI Minas