martes, 12 de marzo de 2013

El destino de las palabras

Suenan las campanas,
Me tragan las palabras,
Mi corazón enredado entre barras,
Es el destino el que entre un bosque sin paredes grita mi nombre,
Corro sin camino por delante, como si conociera el fin de aquel enorme bosque, entre árboles y más árboles ando tropezando con las piedras que entorpecen mi paso.
No hay noción del tiempo, solo sé que corro, corro y continuo corriendo y no encuentro una salida concreta, solo escucho unos cuantos buitres remover sus alas encima de mi cabeza.
Intento gritar pero casi no recuerdo las palabras, intento actuar de algún modo y salir de ese gran bosque sin salida, pero casi no me puedo mover, hasta que de repente caigo sobre el suelo y quedo inconsciente, ya no recuerdo ni como actuar ni como hablar. Y al despertar, los buitres estaban ya desgarrando mis carnes aún jóvenes debido a mi temprana edad.


Con este texto, quiero hacer referencia a la vida de muchos, que en bastantes ocasiones nos podemos llegar a ver en situaciones comprometidas, intentando engañar o no decir del todo la verdad. Es la intuición la que a todos nos lleva a esto, pero solemos hacerlo esperando algo mucho mejor. Este texto lo he escrito yo, y cuando hago referencia a las campanas me quiero referir al momento en el que nos damos cuenta del marrón que se nos viene encima, con lo de correr y correr me refiero a ese momento en el que empezamos a pensar y a decir sin pensar cosas, para intentar dar algo de explicación que nos quite el problema de encima, tal vez diciendo alguna mentirijilla o tal vez evitando decirlo todo para no dar el cante, y en el momento en el que se cae el chico, hago referencia a ese momento en el que somos conscientes de que nos van a pillar en breves el problema y a la hora de caer el chico, me refiero a el momento en el que nos pillan y ya se nos ha echado el marrón encima. Espero que les haya gustado mi forma de expresarlo, desde aquí animo a no seguir este forma de vida, los problemas al igual que la enfermedad mejor pillarlos al principio y no darles tiempo a que crezcan.
Alvaro, un saludo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario